Todo está conectado. Comienzo y final se entrelazan. Es por eso que hoy cierro mi serie dedicada a Dark de Netflix con el análisis de una de las imágenes más poderosas de esta historia: La Cueva

Piedra angular de todos los hechos que ocurren en Winden , la cueva se nos presenta como un lugar enigmático, terrorífico y fascinante.

Como parte del sistema de imágenes que desarrollan sus creadores, evoluciona junto con los personajes que entran y salen de ella.

Devorando almas y expulsándolas lejos de casa, espacio de encuentros y despedidas, una encrucijada que sirve de transición entre los diferentes tiempos. 

A pesar de ser develado su misterio en los primeros capítulos de la serie, la cueva encarna experiencias disímiles para los que se acercan a ella.

Mientras que transporta a Ulrich Nielsen , Katharina Nielsen y Mikkel Nielsen llevándolos directamente a la muerte,

para los viajeros como Jonas Kahnwald , Claudia Tiedemann , Martha Nielsen y Noah es un espacio de transformación donde en cada tránsito por ella deberán enfrentarse a nuevas pruebas en su recorrido y renacer.

 

Como símbolo que conecta el microcosmos con el macrocosmos, dadora de vida y sepulcro, es el eje que genera la Génesis y Apocalipsis del “nudo” que une la historia. No es casualidad que casi todos los personajes Dark hayan tenido una experiencia con ella (sea usándola para viajar, perdiéndose en ella o visitando sus alrededores), transformándose en una suerte de agujero negro que absorbe toda la atención hacia sus entrañas. 

La cueva, como guardiana de los secretos de Winden, funge como el umbral que divide el mundo ordinario del mundo mágico, una frontera que contiene dentro de sí infinitas posibilidades donde tiempo y espacio se desdibujan, invitándonos a entrar en ella y perdernos en el viaje que ha sido Dark para todos. 

¡Muchas gracias a todos los que han disfrutado estos análisis y me han dejado su feedback!, ¿les gustaría que hiciera este ejercicio con otras series?, ¡los leo!