“Hay muchas maneras sutiles de cometer suicidio, tanto físico como espiritual. Si no podemos soportar las tensiones de un cambio, si no podemos aceptar que en ciertos momentos de nuestras vidas hemos de permanecer inactivos como el Colgado, invertidos en cuanto a nuestras actividades anteriores; si no tratamos de llevar nuestras energías hacia modelos preconcebidos, entonces la muerte puede aparecer disfrazada de ataque al corazón, de infarto o de otra enfermedad repentina. Puede suceder también que una persona atrapada en un círculo vicioso de preocupación mortal por sí mismo pueda sencillamente desvanecerse, tanto corporal como espiritualmente. Como indicó Jung, la naturaleza encuentra innumerables maneras de acabar con una existencia sin sentido”