«… los alquimistas llamaban a este proceso La Gran Obra, , pues creían que el inapreciable oro filosofal sólo podía conseguirse por el trabajo del hombre, en contraste con la idea cristiana de salvación por la gracia de Dios. La idea central de los alquimistas era que no sólo toda la humanidad, sino toda la naturaleza, estaban llenas del espíritu divino y que era tarea del hombre liberar el espíritu que estaba prisionero en la materia. Sólo comprometiéndose en esta Gran Obra podía el hombre liberar su espíritu. Los alquimistas veían la redención del hombre como un subproducto del trabajo que habían de realizar durante toda una vida, más que como la meta de esta vida. Su trabajo debía realizarse en soledad o, como mucho, en pareja de individuos de sexo contrario. Pensaban que la reunión con la deidad no podía lograrse en multitud; sólo podían tener lugar dentro de cada individuo como resultado de su dedicación y esfuerzo. El concepto de individuación de Jung, como su nombre lo indica, es parecido al objetivo alquímico. Jung propone que la salvación del hombre yace en el fondo de su psique y que cada uno debe trabajar individualmente para descubrir y liberar la esencia de oro que yace enterrada dentro de nuestra naturaleza psicofísica.»
Sallie Nichols – «Jung y el Tarot»
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