Hace ya más de 120 años que Sir Arthur Conan Doyle creó a uno de los grandes personajes de la historia de la literatura: Sherlock Holmes. Desde ese entonces, su detective ha sido adaptado en muchísimas ocasiones a comics, series de televisión, películas y videojuegos. Contrario a lo que podría pensarse, Sherlock sigue estando más vigente que nunca y la prosa de Conan Doyle está muy lejos de expirar. No es casualidad que en los últimos años se esté dando un boom por la cultura holmeasiana: las dos últimas películas de Guy Ritchie, Sherlock la serie de la BBC que lleva 3 temporadas al aire, Elementary que comenzó este año transmitida por Universal y, por supuesto, no podemos olvidar que Holmes ha sido la inspiración de la cual nació uno de los mejores personajes de la televisión en los últimos años: Dr. House.
¿Qué es lo que hace que un detective del siglo XIX todavía nos llame la atención en pleno siglo XXI?, las razones son muchísimas. A los que sientan que se aburrirán al leer a un clásico debo decirles que la pluma de Conan Doyle es mucho más agradable y de fácil lectura que cualquier autor contemporáneo. Sin ir muy lejos, la lectura de Sherlock Holmes es tan rápida como la de cualquier libro de Dan Brown (El código Da Vinci) o Steig Larsson (Los hombres que no amaban a las mujeres). De hecho, ambos autores, al igual que películas de culto como Saw, beben directamente de los casos que resolvió Holmes. Todo el canon holmesiano está compuesto por 4 novelas y 56 relatos cortos. Las novelas están escritas por capítulos lo que facilita muchísimo la lectura y los relatos no superan las 8 páginas, lo cual es ideal para aquellas personas que no tienen muy desarrollado el hábito de la lectura o que no poseen mucho tiempo para leer.
Cada caso comienza rápidamente y engancha al lector: su puesta en escena parece un callejón sin salida que sólo acepta una sola solución. Pero cuando Sherlock Holmes entra en acción aparecen más evidencias que cambian por completo los hechos y terminan dando un vuelco que el lector jamás podrá imaginarse. Los temas y los crímenes son variados y oscuros: traición, codicia, envidia, lujuria, poder, incesto. Conan Doyle hizo un repertorio de las vicisitudes humanas y supo como crear delitos interesantes, llenos de detalles escabrosos, y perpetrados por personajes con una psicología bastante profunda.
Más allá de los crímenes enrevesados, el verdadero atractivo de la obra de Conan Doyle es la personalidad de su detective. Sherlock Holmes es un tipo sumamente interesante: sarcástico, inteligente, egocéntrico sin llegar a ser pedante, adicto a la cocaína y al tabaco… y sus métodos deductivos son espectaculares. Holmes dista mucho de ser un héroe políticamente hablando correcto, pero sus habilidades y personalidad rápidamente se ganan la simpatía del lector. Su sentido de la justicia es tan elevado (y que dista mucho de la justicia práctica de cualquier juez) y su ética tan particular que será difícil no congeniar con él. Por otro lado, Watson, su fiel compañero y el cronista de sus aventuras, es también un personaje genial: humilde, inteligente, sensible, dispuesto siempre a tomar el arma y disparar cuando sea necesario. Juntos forman una dupla que difícilmente podrá ser superada en la historia de la literatura.
La obra maestra de Conan Doyle nos llega gracias a una edición de lujo, tapa dura, titulada Todo Sherlock Holmes, publicada por editorial Cátedra. Más allá de su presentación física, lo mejor de este libro es el contenido extra: ensayos acerca de Conan Doyle y Sherlock Holmes, biografía de ambos, notas acerca de cada uno de los casos y un breve diccionario con un listado de todos los personajes importantes del libro. Por si fuera poco, se ha organizado en orden cronológico todos los casos que resolvieron Sherlock y Watson (a diferencia de como fueron publicados, de forma dispersa). Este nuevo orden nos permite apreciar por completo la evolución del los personajes y la repercusión de los casos en ellos. A pesar de su tamaño, Todo Sherlock Holmes puede leerse rápidamente, es una lectura ideal para una tarde o antes de irse a dormir, un libro que enganchará al lector más experimentado o al que apenas se está iniciando.
(Artículo publicado originalmente en la revista Dux Magazine, en su edición noviembre de 2013)