Apuntes del libro “Alquimia y mística” de Alexander Roob

“William Blake identificaba el principio masculino con el tiempo y el femenino con el espacio. La penetración de los dos suscita el eco múltiple de acontecimientos particulares que, en relación a su totalidad -el cuerpo microcósmico y macrocósmico en la metáfora de la imaginación humana y divina-, tiene lugar en la simultaneidad relativa. Cada momento particular se abre en su curso a la presencia continua de ese organismo fluctuante – Alexander Roob.

“Los laborantes operativos quieren dominarlo (a Mercurio) y maniobrar en el curso de la operación contra todas las reglas de la gratitud, pero se libera una y otra vez, y si se reflexiona sobre su ser, se convierte en reflexión; si se emite un juicio sobre él, se convierte en juicio” – Johannis de Monte Raphim

“Los físicos del siglo XX se han encontrado con este principio oscilante en el trasfondo de la física cuántica, escondido tras la rígida cortina de las leyes elementales de Newton, y les ha sido imposible determinar en el mismo tiempo y con exactitud la posición y el impulso de las partículas más ínfimas. También se ha podido constatar que la apariencia de los objetos subatómicos está condicionada por el modo o método de observación. En relación el trabajo de los alquimistas, se podría discutir el problema de la proyección, de la plantación de contenidos físicos por la imaginación en un ámbito exclusivamente psicológico, si no fuera porque a nivel de la microfísica existe una estrecha e insoslayable imbricación ontológica entre sujeto y el objeto de observación. Ha sido necesario admitir que la subjetividad es un agente activo en el desarrollo de los procesos naturales, procesos que algunos alquimistas definen como la inversión permanente de lo interior y lo exterior” – Roob (Imagen: “Baro Urbigerus, Besondere Chymische Schriften”)